El problema puede ser causado o agravado por un calzado inadecuado, así como por malas posturas, trabajo excesivo de esta zona.
La fascitis plantar ha sido atribuida frecuentemente a la existencia de espolón calcáneo, un hallazgo radiológico consistente en una exostosis del calcáneo. La presencia de espolones calcáneos se ha asociado con la fascitis plantar, al ser una reacción perióstica al aumento de tracción de la musculatura plantar medial del pie, aunque no deben considerarse como patognomónico de esta enfermedad, dado que la fascia plantar se inserta por encima del espolón y no como prolongación del mismo.
Fisiopatología
En la fascitis plantar se inflama el tejido conectivo grueso que está en la planta del pie y que se fija al talón (aponeurosis o fascia plantar).
Clínica
Localización anatómica de la fascia plantar.
El síntoma principal es dolor plantar en el talón o en la zona media de la planta del pie, que no suele deberse a un traumatismo concreto, sino a microtraumatismo repetitivos por el trabajo habitual o el deporte. El dolor se siente normalmente en la base antero-medial del talón, y suele intensificarse por las mañanas por la rigidez que se presenta durante la noche, y al realizar ejercicios que demanden de un aumento mayor de la carga sobre la zona.
Tratamiento
El tratamiento suele incluir fisioterapia, AINE o corticosteroides, y necesariamente la modificación del reparto de fuerzas plantares con plantillas o soportes plantares termoconformados. Un calzado adecuado sirve como remedio y como prevención. En casos agudos y como medida paliativa puede realizarse un vendaje funcional que elimine la tensión plantar medial (dura aproximadamente de 2 a 3 días) o inyecciones de corticoides directamente en la inserción fascial plantar talar.
