A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión llevar un calzado más ajustado de lo que deberíamos, bien porque nos han hecho un regalo y se han equivocado por medio número, bien porque nos gusta mucho un modelo, pero no lo hay más holgado y nos hemos arriesgado. Pero esta es una práctica que desaconsejamos en la clínica podológica en Gandía, porque puede acarrear graves consecuencias para la salud de nuestros pies, como vamos a explicar a continuación.
Más allá de la incomodidad que produce llevar un calzado ajustado, muchos de los pacientes de la Clínica Podológica José Mª Pe Duarte desconocen los daños que puede causar un calzado más apretado de lo normal, comenzando por la aparición de durezas, callos y rozaduras que pueden generar mucho dolor, especialmente si tenemos que pasar muchas horas con ese calzado antes de poder quitarlo, que son síntomas inequívocos de que esos zapatos o zapatillas no son de nuestra talla.
Pero, en los peores casos, los cuales tenemos que tratar al final en la clínica podológica en Gandía, un zapato ajustado especialmente en la zona de los dedos, puede causar los dedos en garra o de martillo y los famosos juanetes, dos problemas de los que ya hemos hablado con anterioridad.
De ahí que los podólogos siempre recomendemos en la medida de lo posible elegir un calzado cómodo y, si no es de nuestra talla que se ajuste a nuestro pie perfectamente, que al menos sea medio número más grande, pero no más pequeño, porque eso causa problemas a corto plazo y a medio-largo mucho más graves.